La pieza elegida fue bautizada por el diseñador como “Topografía de la Unión Europea” y está compuesta por un conjunto de elementos simbólicos construidos a partir del uso de la forma y del color. El azul institucional actúa como base y marco de los diseños. Sobre él, aparece un número indeterminado de topos que expresan 3 ideas: la libertad del individuo, ya que el punto o topo es la unidad mínima de representación; la diversidad expresada a través de la variedad de colores que aparecen en las banderas de los 27 socios; y la aparente falta de patrón en la disposición de los topos de color hace alusión a la libertad de movimiento y el dinamismo de la ciudadanía europea y a su liderazgo en la defensa de los Derechos Humanos.
La utilización de los topos y de los ricos colores que expresan la diversidad se constituye también como un elemento estético propio de nuestra cultura y como un recurso tan habitual como característico en la historia de la moda española.
Según Jareño “quizás lo más importante dentro del diseño era señalar que la comunidad está formada por individuos libres e iguales y que la pertenencia a uno u otro territorio dentro de la Unión resulta accesoria cuando se trata de construir un espacio de convivencia, progreso y libertad”.
