Sospechan que la campaña electoral les ha afectado y se ha esperado para venderlo como logro de cara a las elecciones. En una reunión de la junta local de seguridad celebrada en diciembre del año pasado se les prometió que estarían en febrero. Por eso ahora no se creen ninguna promesa. Hasta que no vean las cámaras no hablarán de buena noticia.
Además del abandono "total" al que se ve sometida la zona rural y Castiello, dice la plataforma, se suma el que "se estén riendo de nosotros". Insisten en que viven con miedo y esperan que las cámaras estén al menos listas para el invierno, cuando anochece antes y la inseguridad es mayor.