El modesto Ceares se ha subido a las barbas de los clubes más poderosos, desde el punto de vista económico, en la Tercera División asturiana. El club gijonés es líder de su subgrupo (sería también de los dos si estuvieran unidos) con diez victorias (lleva ahora 7 consecutivas), un empate (en Mieres) y una derrota (en Llanera) en 12 jornadas; tiene un colchón de 7 puntos respecto al 'todopoderoso' Avilés, cuarto clasificado en la actualidad, pese a haber jugado un partido menos.
Al frente del banquillo del Ceares está Pablo Busto, que a sus 37 años es uno de los entrenadores con mayor proyección en Asturias. Natural de Salas, aunque afincado en Gijón, empezó su carrera en los banquillos como ayudante de Pablo Lago, para después lograr (ya en solitario) un histórico ascenso y posterior permanencia del Racing de la Guía en Regional Preferente. Desde esta temporada dirige al Ceares, repartiendo entrenamientos y partidos entre Lloreda y La Cruz, con un éxito más que evidente. Busto lamenta que la incondicional afición cearista no pueda disfrutar más del momento por culpa de la pandemia.
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