El ingeniero ambiental del IIDMA Massimiliano Patierno, denuncia que la factoría de Veriña es "una de las fábricas más contaminantes de España". Y lo es, añade, "gracias al beneplácito del Gobierno asturiano", que permite a la empresa "beneficiarse de valores límites de emisión para partículas menos estrictos que los que hubiese debido tener según la normativa vigente".
El ingeniero afirma que los cambios introducidos en la autorización ambiental integrada correspondiente al sínter B de Veriña han tenido efectos negativos. Se permitió a ArcelorMittal construir una chimenea más alta en lugar de introducir los cambios inicialmente previstos y que hubiesen reducido la contaminación. El efecto ha sido una mayor dispersión de la contaminación para "cumplir" con la normativa. En su demanda reclaman introducir unos valores más restrictivos.
La demanda fue presentada a finales de septiembre y su aceptación ha coincido con la decisión de ArcelorMittal de dejar en suspenso la inversión en instalaciones de reducción directa del mineral de hierro (DRI) en las plantas europeas. Gijón era una de las factorías donde estaba prevista, y para cuya implantación se había autorizado una ayuda de 450 millones de euros. Insuficiente para acometer la inversión (mil millones de euros en total) al entender la multinacional que aún "no son rentables y aún no se dan las condiciones. Supondría producir más caro y la tecnología aún no es competitiva frente a la sobrecapacidad de producción de China".
Desde el Instituto entienden que la ayuda de 450 millones de euros solo debe darse si se garantiza una descarbonización. En caso contrario, no debería concederse. Patierno afirma no obstante que no buscan el cierre de la planta de ArcelorMittal en Gijón. Su objetivo, dice, es garantizar una producción de acero "más verde".