Aunque la distribución actual de las líneas de EMTUSA tiene importantes fortalezas, la apuesta es cambiar sin perder lo que funciona. Empezar desde cero es habitual en ciudades como Gijón porque los modelos de transporte público están ya muy condicionados por haberse ido adaptando a las necesidades que aparecieron a lo largo de las décadas. Con la reforma integral se pretende ofrecer servicios más directos, con un modelo más intuitivo.
El responsable del nuevo diseño, Frederik Lloveras, ha explicado que el 70% de los usuarios seguirá haciendo el trayecto puerta a puerta en media hora, y el 100% de los vecinos de la zona rural seguirán teniendo una parada a menos de 250 metros de su casa. Sin embargo, se ofrecerán nuevos servicios para los barrios que mejoren la conexión entre ellos. El sistema actual, dice, está muy focalizado en el centro. Las mejoras se pueden conseguir sin tocar el presupuesto de EMTUSA y sin la necesidad de comprar más autobuses.
A las nuevas líneas se unirán otros proyectos complementarios, como el servicio a demanda en la zona rural, la línea circular en Cimavilla que se financiará con fondos UE o, en un futuro incierto, el metrotrén. El modelo actual se ha pensado para poder acometerse ya, este mismo año. Y es el objetivo, dice el gerente de la empresa municipal. Juan José Piniella adelanta que habrá una importante campaña informativa para dar a conocer unos cambios que se harán de una sola vez.
Puedes consultar todos los datos del estudio y ver las futuras 17 líneas que se plantean (2 menos que ahora) en este archivo.
