Tamara nos explica cómo funcionan ahora mismo los barcos mercantes. Necesitan lastre para garantizar la estabilidad cuando no llevan carga. Ese lastre es agua, que cogen en un puerto y expulsan en otro cuando ya reciben el peso de la carga. Eso supone muchos problemas. Medioambientales (se trasladan aguas que pueden llevar especies u organismos impropios para otra zona) y económicos (el lastre supone un peso y eso equivale a necesitar más combustible, además de convertir al barco en más lento). A base un innovador diseño, han logrado que el barco mercante sea estable incluso sin lastre. Se lo ha pedido un armador gijonés, por lo que la innovación nace en Gijón con idea de exportarse al mundo.
Otro de sus novedosos proyectos de economía azul se centra en la energía renovable. Han desarrollado un prototipo para aprovechar al máximo la energía solar flotante. Su planta "persigue al sol", consiguiendo un 15 por ciento más de producción.
En Ingeniacity están acostumbrados a "pensar fuera de la caja". Abordan los problemas de otra forma, demostrando que en Gijón hay talento de sobra. Solo necesitamos creérnoslo un poco más, dice Tamara. Tenemos los mimbres para ser punteros, pero hace falta facilitar las condiciones necesarias. Otras ciudades nos podrían estar tomando la delantera, advierte. El sector de defensa es ejemplo de que cuando se quiere se hacen cosas, añade Tamara, destacando que también forman parte del HUB de defensa.
