Un grupo de investigación del Instituto Universitario de Oncología del Principado de Asturias (IUOPA) ha trabajado en el laboratorio para ver cómo puede influir la grasa parda, menos investigada. Rosa María Sainz, directora del IUOPA e investigadora principal del trabajo, nos explica las diferencias entre tipos de grasas o cómo podemos incrementar nuestros niveles de esta grasa en nuestro organismo. Este estudio puede ayudar además a otro tipo de tumores.
La grasa parda es una forma de grasa que genera calor y que desaparece con la edad, quedando reducida a pequeños nichos tisulares en las proximidades de riñones, timo o en la base del cuello. Es un tipo de grasa frecuente en el panículo adiposo de bebés y tiene por objeto mantener la temperatura corporal. Ya se sabe que se puede generar grasa parda por exposición a frío, mediante el ejercicio físico o a través de la ingesta de algunos alimentos y se ha propuesto, en el contexto de enfermedades metabólicas, como una herramienta eficaz para mantener una buena salud. Sin embargo, su papel en cáncer no se había estudiado con claridad.
Esta es una de las líneas de trabajo del IUPA, que en el último año ha registrado 6 patentes. Rosa nos explica cómo son los procesos.