Es un país sorprendente, que mantiene su esencia sin perderse en la homogeneidad de muchas ciudades europeas. Su tradición se respira en cada esquina y no es raro encontrarse con personas vestidas a la manera tradicional.
La japonesa es una sociedad completamente diferente a la nuestra. Pese a que tienden a la individualidad y a no interaccionar, no dudarán en intentar ayudarte todo lo que puedan. Aunque no te entiendas con ellos porque no se habla casi nada inglés. También hay mucha diferencia entre unos mayores a los que se les respeta mucho y unos jóvenes que tienden a estrafalarios (pero sin tatuajes, que están muy mal vistos por su relación con las mafias).
Tomarse una cerveza en Japón es caro, pero el día a día no lo es tanto. Galo nos explica que lo más caro puede ser el vuelo al país, pero una vez allí podremos disfrutar sin grandes desembolsos. Y dormir en cápsulas.
Un país muy seguro y muy limpio (los japoneses transportan su propia basura) del que volveremos a hablar con Galo Pablos.