A principios del s.XX empieza a jugarse al fútbol en Gijón. A partir de ese momento se buscan "praos" donde pudiese practicarse el balompié, básicamente que fuese llano y tuviese unas dimensiones adecuadas. Uno de los sitios donde empezó a jugarse fue en La Guía, en los terrenos ocupados por el Molinón (el nombre se debe a un molino harinero que estaba en la zona). No hay constancia de en qué momento empezó a rodar el balón en este espacio, pero en 1908 hay una reseña periodística que es la que se toma como referencia para considerar al Molinón el campo más antiguo de España.
El fútbol no movía masas como ahora. Empezó a jugarse sin grandes alaracas y no fue hasta 1917 cuando puede decirse que hubo una inauguración del campo. Cuando ese momento llegó, el Molinón ya estaba ligado al "Sporting club gijonés". lo que hoy es el Sporting de Gijón. Entre las décadas 20 y 40 se van construyendo cosas alrededor del campo, que no se toca, siendo destacable el año 1928. El Molinón fue elegido para albergar un partido internacional entre España e Italia y el estadio da un salto de calidad. Se levanta, en solo 21 días, "la gradona", con capacidad para unos 15.000 espectadores. El fútbol ya empezaba a mover a mucha gente.
Tras un parón durante la guerra civil, en la que el Molinón se utilizó como depósito, llega el gran momento. En 1951 se decide construir un estadio propiamente dicho. Tenía capacidad para 30.000 espectadores. A partir de ahí pocos cambios hasta la década de los 70, cuando se edifica alrededor del equipamiento. El salto importante hasta el momento actual no lleva a 1982, con el Mundial. El aforo pasa a 45.000 espectadores, que se vería reducido a 38.000 al finalizar la cita mundialista por seguridad. En 1997, por exigencias de la FIFA, el aforo se queda en 26.000 personas sentadas. Lo más cercano a la actualidad es la reforma que se planificó en 2007 y que incorporó la fachada de Vaquero Turcios.
El campo no siempre fue municipal como ahora. En un primer momento era propiedad de Dionisio Cifuentes. En 1924 lo compró el Ayuntamiento por 40.000 pesetas. Luego fue propiedad del Sporting, hasta que en 1931 la grada se incendia y el club no tenía dinero para hacer frente a los gastos. El Ayuntamiento entra de nuevo en escena y lo recompra en 1935 por 223.000 pesetas. Posteriormente se vende al grupo ligado a la construcción de la Universidad Laboral, la sociedad José Antonio Girón, que se disuelve en los 70 y la propiedad vuelve al Ayuntamiento.
También hay que añadir un dato. El Molinón corrió riesgo de desaparición en la década de los 20. En ese tiempo se debatía qué hacer con el cauce del Piles. Si no se hubiese acometido el desvío que conocemos actualmente, el río pasaría por el espacio que hoy ocupa el estadio.