Aitana Sánchez y Verónica Soto-López son profesoras del departamento de ciencia y tecnología de la Escuela Superior de Marina Civil. Antes de estar en tierra estuvieron en la mar, un mundo que les apasiona. Y aunque son pocas, cada vez es más habitual su presencia. En los últimos años su incorporación al mundo marítimo se ha incrementado casi un 46 por ciento.
Aitana y Verónica reconocen que la situación de cada mujer, igual que en los hombres, es diferente y depende de sus preferencias el que se enfoquen más a trabajos en tierra o en el mar. Pero ambas insisten en que pueden hacer cualquier cosa. Aunque existe aún la percepción entre las mujeres de si "será trabajo para mi", es importante avanzar. Y se hace. Porque las dudas de las futuras generaciones de marítimas las entienden perfectamente sus predecesoras y las ayudan a superarlas. Y no en vano debemos recordar que, hace no tanto tiempo las mujeres solo accedían a los barcos si estaban disfrazadas de hombres o eran "la mujer de". También estaban consideradas portadores de mala suerte (ellas y los paraguas, ironiza Verónica). Hoy en día, el problema de ver a las mujeres como inferiores en el mar lo tienen los hombres, no las mujeres.
Ambas marinas desprenden su pasión por el mar. Y tienen un poco más sencillo transmitirla gracias a proyectos como Winblue, una iniciativa europea que trata de promover la igualdad en la economía azul.