A Gerard, de 8 años, y Claudia y Bisan de 7 años, les gustaría formar parte de una charanga. Y podrían hacerlo. No hay límite de edad ni por arriba ni por abajo, aunque en el caso de menores es necesario estar acompañados por un adulto. No es necesario tener conocimientos musicales, porque eso se va aprendiendo. Solo se pide compromiso (están pensando en el Antroxu casi todo el año y desde septiembre ensayan dos días a la semana) y ganas de trabajar en armonía. Porque el buen rollo es fundamental para que una charanga funcione. Si cada uno va a lo suyo la cosa sale mal...
"Ye lo que hay" acaba de nacer y tiene 50 integrantes. A partir de 15 ya se puede formar una charanga. Todo empezó con personas ligadas al Antroxu que empezaron a darle vueltas, y todo fue rodando. El nombre no fue fácil de consensuar hasta que apareció ese "ye lo que hay". A partir del próximo año van a ensayar en el Colegio Público Rey Pelayo.
Ganar no es el objetivo, o no debe serlo según Gil, de una charanga. Lo importante es sentirse satisfecho del trabajo hecho y pasarlo bien. Desde la confección de los disfraces (todos hechos a mano) a las letras, las coreografías...
Los niños nos cuentan además que están muy contentos de haber vuelto, hace ya un mes, a su cole, al Reype. Estar tan felices no evita que olviden todo lo que pasó...