Tina Iglesias lleva tiempo recogiendo firmas para pedir al Ayuntamiento que rinda homenaje a un colectivo de mujeres que se lo merecen. Cree que es de justicia recordar a un colectivo que sacó su trabajo y a sus familias adelante vendiendo pescado puerta por puerta. Incluso cuando no se podía, nos recuerda Maika, cuya madre fue una de esas mujeres. Incluso fuera de Gijón, nos cuenta Begoña, nieta y bisnieta de pescaderas.
El próximo 9 de octubre la alcaldesa recibirá a la promotora de la iniciativa. Hoy en el programa hemos escuchado la historia que no se quiere perder, el testimonio de quien las conoció de cerca. No dejamos caer en el olvido su solidaridad, su empuje, su ingenio. Solo quedan dos sardineras de Cimavilla vivas. Que vean una estatua que las recuerde es cuestión de voluntad.
Orgullo de sardineras. Orgullo de barrio. Orgullo de historia.