PIRAGÜISTA

Saul Craviotto

Sara, Paula y Telma, de 11 y 12 años, entrevistan a la persona con más medallas olímpicas en España. Saul Craviotto responde a las pelayinas curiosas, que se interesan por su figura, como deportista y como persona.

Guillermo Figueroa

Gijón |

Saul sabe lo que es ganar desde los 13 años. Y el paso del tiempo le ha ido dejando un reguero de éxitos. Las 5 medallas olímpicas que tiene actualmente (podría aumentar esa cifra este verano) son los éxitos que más orgulloso le hacen estar. Este verano acude a sus quintos juegos, pero no siente presión. Ser la persona con más medallas olímpicos de la historia en España (actualmente comparte el mérito con David Cal) no es algo que le quite el sueño. El número de medallas es importante, pero haber aguantado tanto tiempo y "estar ahí" es lo que más le recompensa. "El aguante".

Nunca dejará el deporte, pero a nivel competitivo "el final está cerca". No cierra la puerta a seguir después de los Juegos Olímpicos de París, pero es consciente de que los años pasan para todos. Saul recuerda no obstante que lleva toda la vida ligado al piragüismo, desde que tiene un año ya está rodeado de piraguas. Fue a sus primeros juegos en 2008. Y por eso nunca abandonará el hábito de subirse a la piragua. Le gustan otros deportes y no niega que es muy malo jugando al fútbol.

El éxito y la diversión para nuestro olímpico es el camino que se recorre hasta unos Juegos Olímpicos. La medalla o el triunfo evidentemente es algo insuperable, pero lo que se hace para llegar ahí le llena completamente. No tiene dudas al responder con un sí rotundo cuando le preguntan si cambiaría las victorias en europeos o mundiales por otra medalla olímpica.

También le gusta su trabajo como Policía. Le da tranquilidad y estabilidad. Recomienda a los jóvenes que se formen y estudien porque ni él, con sus 5 medallas, puede vivir de un deporte como el piragüismo. Y no faltan las preguntas sobre Mastercheff, concurso que ganó pese a que empezó a prepararse sin saber hacer casi nada en la cocina. Se dejó ayudar, cuenta a las pelayinas, y no le fue mal. La "fama" que es relativa, explica, cambió con ese programa (de 20.000 seguidores en redes sociales pasó a superar los 200.000 tras su experiencia televisiva), aunque nunca ha dejado de hacer vida normal. No se considera una persona famosa.