Flor Palacio lleva desde 2002 al frente del servicio de salvamento y asegura que la corona de laurel es muy importante para ellos. Refleja el trabajo bien hecho. Y no es sencillo pese a que los bañistas en Gijón lo pongan fácil. El suyo es un trabajo muy exigente, sobre todo a nivel mental, porque para que no haya muertos es fundamental la vigilancia y la prevención.
La mayoría de las atenciones de esta temporada han sido de ayudas. Afortunadamente no hubo muchos rescates, y los que hubo no fueron complicados. Tampoco hubo grandes problemas con las medusas, aunque la presencia de carabelas portuguesas marcó algunas semanas del verano. Precisamente la bandera blanca que alerta de su presencia ha sido una novedad bien acogida, igual que las nuevas banderas que tienen en cuenta a los bañistas daltónicos.
Palacio se muestra abierta a la posibilidad de seguir ampliando la temporada de baños. Dependerá de la meteorología, nos cuenta. Aunque el principal problema sería encontrar a más socorristas. Cada vez hay menos que se presenten a las pruebas, lamenta. Y lo dice alguien que fue socorrista y que, reconoce, a veces lo echa de menos.