Asier está subido muchas horas a la semana encima de la bici para hacer entre 10.000 y 15.000 kilómetros al año. Se considera un ciclista muy todoterreno, que no destaca en ninguna faceta concreta pero cumple en todas. Le gustan más las clásicas que las grandes vueltas y prefiere ayudar a otros y buscar el momento de "cazar" su etapa. Para eso sabe que habrá momentos en los que tenga que arriesgarse
Además de pedalear hay muchos sacrificios alrededor de la bici. Y luego están las temidas pájaras, visitas del "hombre del mazo" que ha logrado ir evitando gracias a la experiencia. Y ayuda la tecnología, los famosos watios, cuando es necesario. Asier reconoce además que el uso del pinganillo puede ser un apoyo aunque según en qué situación ni escuchas las órdenes que recibes. De las caídas se aprende, igual que a correr rodeado de tanta gente. Cuando te haces daño la adrenalina ayuda a seguir y a llegar.
A su padre siempre le gustó el ciclismo. Tiene casos cercanos de compañeros como Samuel Fernández, que ha logrado dar el salto al ciclismo profesional y reconoce que entre los ciclistas actuales se queda con Pogacar. Quiere llegar a profesional, porque es su sueño, pero tampoco quiere correr mucho. Asier cree que recorrer todas las etapas es importante, aunque cada vez lleguen más jóvenes a despuntar. Quiere disfrutar también de su juventud, y no dejará de lado los estudios. Quiere estudiar ADE.