Tino participó en los primeros movimientos estudiantiles y se metió en política. La dejó apartada durante muchos años para centrarse en su vocación como abogado, que nunca dejará de ser, aunque defiende que la política también es una vocación. Ambas están relacionadas por el compromiso que requieren para mejorar la vida de las personas, algo que cuando se consigue es muy gratificante.
Reconoce que a la política le falta diálogo y primar el interés general y le sobra polarización y sectarismo. Estar en la primera línea política requiere de mucha dedicación y soportar muchas tensiones. Pero no se arrepiente. Sabía que tarde o temprano llegaría el momento de implicarse. Aunque en su momento aspirase a ser el candidato del Psoe a la alcaldía, ahora mismo no se plantea otro escenario que el actual.
A Tino siempre le gustó estar en contacto con la gente, algo que sigue haciendo en política. A todas horas, porque afirma que es una labor muy intensa. Que se vive bien en política lo puede decir solo quien no sabe lo que se hace en política, sobre todo municipal. No le deja ni un minuto, asegura, algo que su familia asume porque le ven ilusionado.
Entre sus pasiones están las motos, aunque ahora mismo no tenga. Recuerda con cariño sus viajes en moto y la libertad del viento en la cara.
