Antonio Romero no es ciego de nacimiento. Fue perdiendo la vista hasta la ceguera total. Le ayuda un perro guía, Chopo, que no ha querido ladrar durante la entrevista. Decidió hace mucho tiempo no compararse con la gente que ve ni quedarse en casa. Su decisión es vivir una vida plena. Es un héroe sin capa.
Carmen Alonso ha ido perdiendo la vista poco a poco. Y aunque ahora ve algo es consciente de que su deficiencia visual puede ir a más. Pese a ello, y reconociendo que pasó muy malos momentos, no ha dejado que su vida pare. Aunque no se lo pongan fácil porque la han incapacitado laboralmente.
Carmen y Antonio nos explican su día a día. Pese a no tener vista, o una vista corriente, han aprendido a vivir sin depender de ese sentido. Y dejan claro que los ciegos "ven". De otra forma, pero es un verbo que las personas ciegas utilizan mucho. Les gustaría ver mejor, o ver algo, pero asumen lo que hay y tiran hacia delante.
Gijón está cada vez más preparada para ellos y la sociedad les ayuda cuando lo necesitan, sin sentir que transmiten lástima. Recuerdan que tener un problema en la vista tiene múltiples orígenes y hay que aprender a llevarlo. Aquí juega un papel muy importante para ellos la ONCE. Desde el punto de vista laboral (Antonio acaba de jubilarse después de 32 años como vendedor) y de apoyo (Carmen recuerda que no es necesario ser ciego para conseguir su colaboración).
Ellos nos dan una lección de vida. Demuestran ser héroes sin capa.