El PDM lleva desde septiembre trabajando en este protocolo, que da respuesta a las obligaciones fijadas en una Ley cuyo objetivo es convertir al deporte base en un lugar seguro para los menores. El protocolo no establece sanciones, solo recomendaciones, pero su función principal será ayudar a los niños, niñas y adolescentes para que sepan cuáles son sus derechos y cómo defenderlos. También aporta información a clubes y familiares.
Una de las obligaciones más importantes es la exigencia a los clubes de contar con un delegado de protección al menor. Serán los encargados de velar por el cumplimiento del protocolo y defender los derechos de los niños. Igualmente, desde el PDM se ofrece un curso on line formativos sobre estos temas. Será voluntario para los clubes, pero se anuncia que se pedirá a todos los técnicos que trabajen en las escuelas deportivas que dependan del patronato.
Casos como el sufrido por varias niñas del Gijón Fútbol Femenino han puesto de manifiesto que se están normalizando ciertas situaciones que hasta hace poco solo se veían en el deporte profesional. Cada vez es más habitual ver a "hooligans" en las competiciones del deporte base, y este protocolo pretende que la gente sepa actuar para frenarlo.