La Secretaria General de COAG Mercedes Cruzado, dijo que ese cambio de postura radical “era muy esperado por todos, y lo más lógico que había que hacer, de seguir como estábamos íbamos al precipicio total”.
Comenta que para la elaboración del Plan, se trabajara en un borrador, del que recordó el anterior “no servía para nada, no recogía lo que planteábamos. Ahora dan marcha atrás” y vinculan la aprobación del documento a las aportaciones que hagan las Autonomías y las Organizaciones Agrarias, “tiene que ser aprobado por unanimidad” recalco, lo que les hace pensar que las “cosas pintan bastante mejor”.
Alberga esperanza para el que el nuevo Plan sea “más justo a la realidad del campo”, al anunciar que aportaran alegaciones, esperando que las Comunidades que se oponían, entre ellas la de Asturias, y el resto de la cornisa, hagan lo mismo “que pasa por un control del lobo”.
Están convencidos que las movilizaciones y la oposición que hubo desde las Comunices Autónomas y los ganaderos en pie de guerra, tuvieron su peso para este cambio de postura “era cambiarlo o dejar la ganadería, con animales muertos, con lobos entrando en las cuadras. Esto no se iba acabar ahora, íbamos a seguir saliendo a las calles” en claro rechazo al posicionamiento e imposición inicial de la inclusión en el LESPRE.
Termina reafirmándose que no quieren la extinción de la especie, pero si el control, que regrese a su hábitat natural, y no como ahora entre las viviendas y matando sin parar “una plaga” de ahí que pide que alguien “independiente” tiene que hacer la valoración adecuada.
Sobre una posible reacción desde los grupos naturalistas o ecologistas, no duda que la habrá, pero se pregunta que aportan al medio rural y a los consumidores “no producen nada, ni pierden nada porque haya mas lobos” de ahí que incida, que a quien tienen que escuchar es a ellos, que son los que sufren y padecen los daños económicos y morales.