Hoy nos acompaña todo un rockstar de la cocina. Con 11 estrellas Michelín, es el cocinero con más preseas en el firmamento español y el tercer chef más estrellado a nivel mundial, solo por detrás del francés Alain Ducasse y el británico Gordon Ramsay.
Hablamos con él solo media hora antes de partir a un homenaje, en el Auditorio de Oviedo, junto a otros cocineros españoles, por estar considerados los más influyentes de la historia de la gastronomía española. Después habrá una cena benéfica
¿El objetivo? Recaudar fondos para la ONG World Central Kitchen, de su colega José Andrés, que irán destinados a los afectados por la DANA que arrasó el sureste peninsular.
Una persona entrañable, como pocos, y generoso como el que más: "Martín Berasategui no soy yo; somos nosotros. Estamos súper orgullosos de tener con nosotros a Nacho Manzano en el cielo de la cocina". Defensor a ultranza de la gastronomía española considera que sin "esta tierra" (en referencia a Asturias), mucho de lo que pasa en la cocina, "no pasaría". Con él hemos podido charlar de la importancia de apoyar a las nuevas generaciones porque "lo mejor está por venir"; también de sus orígenes en la casa popular de comidas de su familia y de aquellos tiempos, siendo solo un chaval, cuando los amigos taxistas de su padre le llevaban a Bayona para aprender el oficio de la pastelería.
También hemos podido comprobar, de primera mano, cómo aquel joven "de mucha miga" hizo "corteza", siendo casi un niño, y de lo que de verdad significa su mítica expresión "garrote": "Cocinero que se queja es el que nunca ha cocinado nada".
En definitiva, un hombre "de pata negra; no de horchata", que sabe lo importante que es tener suerte pero, más aún, "ser buena gente". Y en eso, le sobran estrellas.