El colectivo Asturias Ganadera ha recordado hoy sus propuestas ante la presencia de especies salvajes en las proximidades de los pueblos y lamenta la falta de actuación de la administración, pese a sus avisos, desde hace al menos cuatro años.
"En junio de 2017 Asturias Ganadera realizó una rueda de prensa avisando de que el oso podría ir protagonizando cada vez más situaciones indeseables en las aldeas y sus proximidades, y propusimos un lote de medidas que deberían servir para impedir la presencia estable de los plantígrados en los entornos de los pueblos. Alertamos de una posible “rumanización” del conflicto, en donde algunos de estos carnívoros están acostumbrados a comer de los contenedores de basura, provocan numerosos incidentes directos con humanos, incluyendo algunas muertes, etc", explica el colectivo en un comunicado.
"Dijimos hace casi cuatro años que había que anticiparse a los problemas para controlarlos mejor. Ya no podemos anticiparnos. La inacción del Gobierno del Principado permitió que la situación fuera agravándose hasta tener que sufrir un primer ataque directo a una persona en las inmediaciones de su propio pueblo", explican en referencia al ataque sufrido por una vecina de Cangas del Narcea esta semana.
"Recordamos las propuestas que hicimos entonces, y que reforzamos años después cuando un oso bautizado como “El Loco de Caleao” realizó una carga de aviso a uno de nuestros socios, Miguel Ángel Capellín Calvo, en Caso, quien además tuvo que sufrir el desprecio y el ninguneo de algunos responsables de investigar lo sucedido. Nuestra declaración había sido, y es:
Ante el aumento de los encuentros de vecinos con osos peligrosamente próximos a los pueblos, y sin menoscabo de la conservación de la especie, la Consejería de Medio Rural deberá tomar medidas para evitar males mayores.
El descontrol y la falta de gestión, como ya ocurrió en el caso de lobos y jabalíes, están provocando en el medio rural miedo y aversión a la especie.
La Consejería debería reconocer la presencia, vigilar y dar información sobre osos próximos a núcleos de población así como instruir a los vecinos sobre el modo de actuar ante un oso**. Sería conveniente la activación de un “teléfono oso” para dar aviso de los avistamientos".
Identificación genética
Para la asociación, es imprescindible la identificación genética de todos los osos, determinar qué machos viejos portan grados de consanguinidad no deseables, para retirarlos del monte. "Con esto se conseguirían tres objetivos: a) Evitar el aumento de la consanguinidad. b) Evitar muertes de crías para provocar celo en las hembras. c) Evitar que los machos viejos persigan y expulsen a juveniles de las zonas altas y les obliguen a acercarse a las zonas habitadas.
Es necesario determinar áreas de protección “libres de osos” alrededor de los pueblos y crear patrullas de guardería especializadas en la disuasión del acercamiento a los humanos y las áreas pobladas. Para ello deberán emplearse métodos que aseguren que los osos teman y huyan ante los humanos. Los petardos y los disparos de bolas de goma parecen los métodos que aconsejan los expertos. Si circunstancialmente las medidas disuasorias no sirven, la captura y traslado de individuos especialmente peligrosos a cercados o las donaciones para repoblación a zonas donde la población local lo admita, deberán ser factibles en casos extremos..."
Finalmente, Asturias Ganadera espera "que la Consejería sea más solícita y eficaz de lo que ha sido y sigue siendo en la gestión de otras especies como el lobo o el jabalí. Pensamos que es el momento adecuado para empezar a actuar y conseguir que la convivencia de los habitantes del medio rural con el oso, que ya es un problema en algunas zonas, no se convierta en insoportable”.
Después de este gravísimo incidente, "esperamos que la Consejería tome por fin en serio nuestras viejas propuestas, con el fin de evitar que se repitan situaciones tan lamentables como la que sufrió esta semana una vecina de Cangas del Narcea".