La calidad del aire en el Principado de Asturias ha empeorado en el año 2022 respecto a los ejercicios anteriores con un "aumento significativo" de los niveles de ozono y más matizado de partículas en suspensión (PM10 y PM2,5) y dióxido de nitrógeno (NO2). Así consta en el informe anual sobre la calidad del aire de Ecologistas en Acción.
El documento, no obstante, matiza que los contaminantes mencionados no alcanzaron las concentraciones habituales en años anteriores a la pandemia. Atribuye así el repunte de la contaminación en el Principado a la finalización de las restricciones de la movilidad por la crisis de la COVID-19, el intenso calor y la falta de lluvias de 2022.
El informe elaborado por Ecologistas en Acción analiza los datos recogidos en 780 estaciones oficiales de medición instaladas en todo el Estado español, entre ellas 67 situadas en Asturias.
En el caso de los niveles de partículas PM10 si se excedieron dichos límites legales en cinco estaciones, dos en Avilés (Matadero y Portería) y tres en Gijón (Argentina, El Lauredal y Santa Cruz).
"Siete de cada diez asturianos respiraron en 2022 un aire que incumpliría los nuevos estándares legales propuestos por la Unión Europea para 2030, en el proceso de revisión en curso de la normativa de calidad del aire, lo que expresa la magnitud del reto a asumir por las administraciones en los próximos años para alinearse con la futura legislación", advierten desde Ecologistas en Acción.
"Los Planes de Mejora de la Calidad del Aire son obligatorios según la legislación vigente, pero en muchos casos no existen, y en otros son inefectivos por falta de voluntad política. Los planes aprobados por el Principado de Asturias para Avilés y Gijón no han resuelto los problemas de contaminación por partículas, especialmente en la zona oeste de Gijón", lamentan los ecologistas.
