"Orgulloso de mi gente y también con una responsabilidad extra en conseguir, en la medida de mis posibilidades, ser un vector que inyecte en las instituciones de forma ascendente las exigencias que reclamaba ayer GANAGRI, y otras, a través de las palabras de su inteligente y locuaz presidente, Hernán Haces", así se ha mostrado el edil de Agroganadería de Llanes, Xuan Valladares, tras la tractorada que este sábado recorrió el concejo para protestar por la problemática de su sector.
En un comunicado dado a conocer en estas últimas horas, Valladares recuerda que "otro pilar de las demandas, todo un clásico, es la mala gestión del monte, que deriva hacia una indeseable matorralización que perjudica a los pastos, pero también a la biodiversidad, y que favorece incendios de medianas o grandes proporciones. Incendios donde un extraño principio opuesto al común en Derecho dicta que un ganadero es culpable hasta que se demuestre lo contrario. Actualmente están siendo injustamente investigados ganaderos a los que vimos intentando sofocar el fuego porque su ganado peligraba, o que perdieron material (pastores eléctricos, estacas, etc.) por un incendio; ¿Por qué se les investiga? Porque tienen ganado por ahí. El monte, recordémoslo alto y fuerte, pertenece a los vecinos por derechos históricos, y su titularidad circunstancial es municipal, pero a través de un viejo consorcio el Principado se reserva prácticamente todas las competencias sobre él. Tenemos planteadas distintas medidas para la recuperación fáctica de la capacidad de autogobierno en el monte, y un Plan Silvopastoril que pretende coadyuvar a poner orden, pero los apoyos de la Administración Regional, si bien ha habido algunos tímidos avances, son escasos y extremadamente lentos, cuando lo que necesitamos es una verdadera revolución en el manejo basado en el empoderamiento local, las campañas eficientes de desbroces, las quemas controladas y el fomento de la reciella, ese ganado menor que también demandó la tractorada y que habitualmente sirve como alimento para los lobos".
Opresión burocrática
En la manifestación también se expusieron otros problemas esenciales, según explica Valladares, "como la dependencia económica a las subvenciones, los precios injustos, las exigencias burocráticas inasumibles, etc. Como concejal sufro especialmente la opresión del sistema en el ámbito burocrático, el factor que más imposibilita un manejo eficiente de los asuntos que tengo que abordar y que da para rellenar un un artículo en exclusivo. Se habló de solidaridad entre sectores, y concretamente con el turismo rural (no tendría apellido sin campesinos) y la hostelería. Con esta se está concretando una línea de venta directa que desde hace más de un año se lanzó desde las Concejalías de Turismo y Agroganadería, lastrada por el COVID-19 y retomada recientemente, y en la que la propia Asociación GANAGRI tiene un papel fundamental demostrando que viene a actuar, no a quejarse o limitarse a pedir, otro de los motivos por los que hemos de sentirnos orgullosos de lo que este grupo de vecinos está organizando.
Y, por último, ese gran turrón que es el lobo. Lo literalmente sangrante de este asunto suele conseguir que la gente del campo despierte de su letargo, y se baje de las brañas y de las caserías dispersas por el territorio hasta la plaza del Ayuntamiento, Oviedo o donde haga falta. La inclusión del lobo en el LESPRE, un catálogo de protección especial, de una especie que lo que precisa es un control más eficiente en Asturias, es inasumible por la ganadería extensiva, a pesar de que el Gobierno Español lo haya decidido unilateralmente. Pero el Principado es el responsable de la malísima situación actual por conformarse con un Plan de Gestión que nunca funcionó; que no garantiza pagos totales, ni justos ni rápidos; que no actúa con rapidez ni es capaz de controlar la población del superpredador de forma ajustada a las posibilidades reales o no de convivencia. Pudo mejorar la legislatura pasada la situación, con una propuesta de cambios en la Ley de Caza, modificaciones que habrían mejorado también la gestión de enfermedades como la tuberculosis bovina, pero no quiso. El señor Lastra, uno de ¿nuestros? senadores que votaron en Madrid en contra de la Asturias ganadera, fue clave en evitar que se consumaran esos cambios".