El reconocimiento del castro de Antrialgo, en Piloña, sigue avanzando. En el Boletín Oficial del Principado de Asturias de hoy viernes, la consejería de Cultura, Política Llingüística y Turismo publica una resolución por la que se "incoa expediente para la inclusión en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias 'El Castillón d'Antrialgu' en el concejo de Piloña".
Recordemos que este rincón de Piloña está siendo investigado desde hace varios años gracias a las campañas de excavación que ha financiado el Ayuntamiento de Piloña. Pese a ser una localización en la que se sospechaba de la existencia de restos muy antiguos, fue la Fundación Belenos la que llamó la atención sobre el entorno definitivamente, al recoger la existencia de este castro en dos artículos publicados en su revista "Asturies memoria encesa d'un país".
Precisamente el principal objetivo de los estudios emprendidos por el Consistorio fue la catalogación del castro y su inclusión en el inventario patrimonial, lo que puede resultar fundamental para garantizar su futuro estudio.
En la última campaña, los investigadores han comenzado a buscar incluso la relación entre este enclave y la figura de Don Pelayo.
El equipo que desarrolla el estudio está encabezado por el arqueólogo Juan Ramón Muñiz y cuenta con el historiador, José Antonio Longo Marina.
Para estos investigadores resulta fundamental «saber cómo vivían los antiguos moradores del yacimiento», información que «podría aportar claves para la historia de Asturias».
En el denominado "Castillón" se han descubierto las murallas que definen el espacio y que funcionaban como estructuras defensivas, restos de una cabañá, huellas de un antiguo foso, restos materiales cerámicos, metálicos y óseos pertenecientes a animales domésticos.
Según recoge el expediente de la Consejería de Cultura, "el castro se localiza en el extremo occidental de una de las lomas que conforman una pequeña cadena serrana que, de un lado, bordea la orilla septentrional del río Piloña y, del otro, es aislada del pie de monte por el arroyo de La Goleta, siendo su altitud máxima de 153 m s.n.m. A pesar de que una abigarrada vegetación dificulta el examen sobre el terreno, en su composición estructural se ha reconocido un amplio foso que barre el cuello de conexión topográfica hacia el E y al que parece asociarse una muralla. Tras él se encuentra un aterrazamiento artificial, con talud exterior, que rodea por completo el plano cimero de la colina. Este cierre configura un recinto elíptico de algo más de 2 ha de superficie, siendo sus ejes E-O de unos 200 m y N-S de unos 60 m Unos metros por debajo recorre toda la ladera N otra terraza revestida con un bancal, y se señala que del extremo O del recinto arranca un muro perpendicular con supuesta función defensiva a modo de barbacana".