Estamos ante “una de esas mujeres valientes y comprometidas que participaron en la conquista de los derechos de las mujeres y en la modernización de la educación, basada en los principios de la escuela pública y democrática”: las maestras de la República.
Dolores Medio-Tuya Estrada nació en Oviedo el 16 de diciembre de 1911 en el seno de una familia acomodada. Vivió una infancia feliz en el caserón familiar de Oviedo junto a sus hermanas, a los cuatro años comenzó al Colegio de Recoletas, luego pasó al grupo escolar Fermín Canella, donde tuvo mucho mejores experiencias que en el anterior colegio, allí fue donde se despertó su vocación de maestra.
La buena posición económica de que disfrutaba la familia dio un vuelco al incendiarse el primer negocio paterno, Bodega Española, como consecuencia Dolores y su familia se trasladaron a una casa más pequeña que contaba con una tienda de ultramarinos aneja. Este descenso en la escala social, supuso un drama familiar y aparece reflejado en su novela “Nosotros los Rivero”.
En 1924, en plena adolescencia, la posición social de la familia empeoró aún más, la muerte de su padre los llevó a una situación económica muy delicada. A los14 años se matriculó en la Escuela Normal y tuvo que trabajar de institutriz para pagarse la carrera, obtuvo el título de maestra en 1930.
Destino en Pravia
Recorre varias escuelas como sustituta, hasta que consigue destino en Pravia donde trabajará dos años. Allí conoce a un maestro, discípulo de Ortega, próximo a la Institución Libre de Enseñanza, que influirá mucho en ella, la pone en contacto con los nuevos y renovadores métodos de enseñanza impulsados por la República y transforma sus ideas políticas.
En 1934 obtiene la plaza de maestra en propiedad y es destinada a Piloñeta (Nava) hasta 1953 cuando pide la excedencia para dedicarse plenamente a la literatura.En julio de 1936, quedó atrapada en el cerco de Oviedo durante el verano y se vio obligada a firmar la adhesión al Movimiento para cobrar su sueldo, pero fue detenida junto a su hermana en agosto, sin cargos aparentes. Aislada de su escuela por los imperativos geográficos impuestos por los frentes, fue destinada a otra provisionalmente, pero en 1937 ya pudo reincorporarse a la de Nava.
Denuncia de un párroco
Su llegada a la escuela, donde sus métodos pedagógicos eran bien conocidos, generó división entre las autoridades, y el párroco la denunció: en el pliego de cargos se la acusaba de haber atacado en público la religión, la patria y la moral, y de haber hecho propaganda de la Asociación de los Trabajadores de la Enseñanza (ATEA). Como sanción, fue enviada a una escuela cerca de Avilés. Los buenos informes del cura párroco de este pueblo le permitieron regresar a Nava en 1940.
Premios literarios
En 1945 gana el premio “Concha Espina” con su cuento “Nina” y se decide a marchar a Madrid para dedicarse a escribir y estudiar periodismo, dejando como sustituta en Piloñeta a su hermana Fini Medio, hasta su excedencia definitiva en 1953 después de ganar el premio literario más prestigioso del momento, el Nadal, con su obra “Nosotros los Rivero” que la consagra como escritora.
Es una de las máximas representantes de la literatura social en España, así como de la estética social realista, siendo muy aclamada durante la década de los cincuenta, hasta bien entrados los 60, momento en el que la literatura social perdió protagonismo.
Toda su obra tiene un importante contenido autobiográfico, especialmente el “Diario de una maestra” y “Nosotros los Rivero”