«Cada verano se repite lo mismo, no existe una gestión turística ni a corto ni a largo plazo en Llanes». Con esas declaraciones el secretario general del PSOE de Llanes, Antonio Trevín, denuncia la falta de planificación y puesta a punto por parte del «desgobierno municipal» de las principales infraestructuras turísticas que sirven cada verano para el disfrute de miles de turistas. En palabras de Trevín, «Vecinos y PP van siempre a última hora y así es imposible dar soluciones a los vecinos, los turistas y al empresariado llanisco».
Como se aprecia en las imágenes que acompañan a este comunicado, muchas de las áreas recreativas de Llanes y zonas de descanso están sin limpiar ni desbrozar. «Parece mentira que tengan a un concejal dedicado exclusivamente a esta tarea, pues no cumple con su labor», lamenta el secretario general de los socialistas. A esta situación negativa para Llanes, se suma la falta de limpieza y recogida de basuras, tanto en la zona urbana como rural del concejo, «es necesario reforzar el servicio de basura en verano de forma eficiente, para que funcione, no de cualquier manera como ocurre ahora», ha instado Antonio Trevín.
Pero no solo son desbroces y limpieza lo que falta, también, en muchos puntos del concejo los turistas y los vecinos se encuentran con graves deficiencias de seguridad. Como es el caso de las alcantarillas rotas o del puente peatonal que comunica las localidades de Barru y Niembru, a la altura de la capilla de ánimas la plataforma de madera por la que deberían transitar los peatones lleva meses rota por una clara falta de mantenimiento, como se puede apreciar en las fotografías. Esta situación obliga a los viandantes a tener que atravesar este tramo por la estrecha carretera. «Es una vergüenza que los vecinos y turistas que pasean entre Niembru y Barru tengan que jugarse la vida porque Enrique Riestra no haya querido arreglar la pasarela de madera» ha criticado Antonio Trevín, a la vez que remarca: «la única solución que ha dado Riestra es poner una cinta de la Policía Local», concluye Trevín.
