Tras constatar el hallazgo se estableció un perímetro de seguridad para proteger la zona y se puso en marcha el protocolo de emergencias.
Efectivos del TEDAX de la Jefatura Superior de Policía de Asturias procedieron la extracción del explosivo. Los especialistas confirmaron que se trataba de un proyectil de aviación que no había explosionado y que había quedado oculto tras la urbanización de la zona.
Una vez extraído fue traslado a las instalaciones de Cabo Noval para poder determinar de forma fehaciente su origen y capacidad detonadora.