REAL OVIEDO

Un disgusto y una alegría

El Real Oviedo se deja empatar un partido que había dominado en la primera mitad ante el Mirandés y perdió a Luismi por lesión, pero la dolencia es menos grave de lo previsto en un primer momento

Chisco García

Oviedo |

Hubo ambiente de fiesta durante todo el día en la capital asturiana y el Real Oviedo quería dará ese paso que se le viene demandando durante toda la temporada y que pasa por enlazar tres victorias consecutivas, pero no fue capaz de hacerlo. Arrancaron bien los de Luis Carrión, dominando y sometiendo al Mirandés y también tuvieron el acierto para adelantarse en el marcador con un centro de Abel Bretones que Seoane peinó para mandarlo a la red.

Quedaba el segundo tiempo y desde el primer instante quedó claro que no era el mejor día de los azules. La presión de tener que ganar pareció atenazar a los carbayones que se vieron superados por un Mirandés que adelantó líneas y pisó el área contraria mucho más que su rival. Su empuje encontró el premio en la recta final cuando Gabri Martínez cabeceó a la red para dejar helados a los 21.975 espectadores que vieron el partido en directo.

El otro gran sobresalto del choque llegó con la lesión de Luismi. El centrocampista tuvo que ser sustituido antes de que se cumpliese la primera media hora de juego y las pruebas a las que fue sometido esta mañana descartaron una lesión grave. El gaditano tiene una meniscopatía en la rodilla derecha, que le puede dejar fuera de combate durante un par de semanas.

El equipo se entrenó esta mañana en El Requexón y disfrutará el martes de su único día libre en la semana. Los de Luis Carrión jugarán el lunes a las 20.30 horas en Cartagena.