Se agotan todos los adjetivos para calificar el trabajo del Liberbank Oviedo Baloncesto. Da igual que se analice el trabajo en la pista, que el de los despachos, el club ovetense es un ejemplo de gestión y los resultados deportivos así lo corroboran. Pese a contar con un presupuesto muy alejado de los favoritos de la LEB Oro, el conjunto ovetense volverá a luchar por el acenso a la ACB, tras derrotar este fin de semana al Almansa en Pumarín por 92-87.
Natxo Lezkano ha conseguido convertir un grupo de jugadores inexpertos, a excepción de Oliver Artega y Saúl Blanco, en uno de los equipos más competitivos de la Liga. Da igual que vayan por delante que por detrás en el marcador, el equipo tiene unas credenciales reconocibles y es capaz de sobreponerse a todos los problemas. El técnico es el gran baluarte de un bloque que ahora tiene dos encuentros para disfrutar e intentar asegurar el factor cancha a su favor en las primeras rondas en la lucha por el ascenso.
Los milagros cada vez son menos sorprendentes en un equipo que cada temporada hace de la necesidad virtud y que ya se merece una alegría de verdad en forma de acenso a la elite y otra vez lo volverán a intentar y nadie les puede exigir nada.