El proyecto cuanta con 17 medidas basadas en cuatro puntos calves: digitalizar el camino ofreciendo información en tiempo real sobre las plazas que quedan en albergues o incluyendo un asistente virtual, mejorar la sostenibilidad de los albergues, crear un menú gastronómico para impulsar la comida tradicional de los lugares por los que transita el peregrino y formar a agentes turísticos, de seguridad y voluntarios para ofrecer una mejor experiencia.
Miguel Pérez Cabeza, presidente de la organización de peregrinos del camino francés, asegura que todos estos avances ayudaran a que el camino de Santiago perdure mucho más en el tiempo, adaptándolo, dice, a los nuevos tiempos pero siempre conservando esas características que hacen a este viaje y a sus peregrinos tan únicos.
Oviedo será un punto de atención al peregrino, algo que recalcan, abre a la capital del principado al mundo. Desde la organización esperan que muchas de las medidas estén en funcionamiento para el próximo otoño.