Tenía que ganar y lo hizo. El Oviedo rompió todos los muros que no auguraban nada positivo. Un equipo que acumulaba seis semanas sin ganar y un campo en el que nunca había sumado los tres puntos. Al final, el 1-2 sirvió para acabar con buena parte de las dudas, aunque no con todas.
No entró del todo mal el conjunto azul en el encuentro y lo hizo con varios cambios en la formación inicial, como el debut de Carlos Isaac en el lateral derecho. Viti jugó en la izquierda y desde allí se fabricó el 0-1. El de Laviana centró u Obeng aprovechó el despiste defensivo berciano para cabecear a la red. Alegría para los más de 700 aficionados que acompañaron al equipo.
Con ventaja en el marcador llegaron los perores momentos del equipo. La Ponferradina encerró a los azules en su campo que apenas podían hacer más que achicar ocasiones. En es fase estuvieron especial firmes en el trabajo de contención lo que les permitió llegar en ventaja al descanso, pero con dudas de si podrían aguantar mucho más tiempo así.
A los pocos minutos de la reanudación, llegó el empate local. Ríos reina disparó y David Costas tocó con la cabeza para hacer imposible la estirada de Femenías. Para muchos parecía el principio del fin.
Cuando todo pintaba mal, Ziganda dio entrada a Borja Sánchez y el encuentro empezó a cambiar. El canterano le dio pausa al juego y permitió al equipo tener más posesión y en un a arrancada suya nació el 1-2. Apuró hasta la línea de fondo y sirvió al área, Borja Bastón hizo el desmarque preciso y encontró el espacio para mandar el cuero al fondo de la red. De nuevo ventaja y apenas diez minuto por delante.
Aunque la Ponferradina trató de intimidar lanzándose al ataque, el Oviedo no pasó por grandes apuros y los puntos viajaron a Oviedo para ganar tranquilidad y empezar a pensar en el Málaga.
