Las caras pasaron de la decepción a la ilusión para terminar en expectación. El Carlos Tartiere fue un carrusel de emociones para un partido vibrante para el espectador neutral, pero angustioso para os oviedistas. El 3-3 final frente al Zaragoza, permite al Real Oviedo viajar a las palmas sabiendo que sumar cuatro puntos de los últimos seis en disputa le dan acceso al playoff sin depender de nadie más.
“Vamos a jugar en Las Palmas el partido que queríamos desde agosto”, la frase de José Ángel Ziganda en la sala de prensa es el resumen perfecto para todo lo que habrá en juego en Gran Canaria. Un empate dejaría todo abierto para la última jornada, una victoria podría hasta clasificar matemáticamente a los azules, en función de otros resultados, una derrota complicaría mucho la presencia en el playoff. Una temporada en 90 minutos.
Frente a frente estarán las dos mejores rachas de resultados de la competición. Los canarios acumulan nueve jornadas sin derrotas y los carbayones diez. Será un duelo por todo lo alto en un escenario inmejorable y con un ambiente que amenaza con ser un infierno para los azules, acostumbrados a sobrevivir cuando peor le pintan las cosas.
Ziganda estará pendiente de Pierre Cornud, que ayer tuvo que retirarse lesionado y parece complicado que llegue al encuentro del domingo, pero podría recuperar a Lucas Ahijado. El resto estarán disponibles a la espera de confirmar que todos acabaron bien el encuentro ante el Zaragoza.