Un error muy común en el mundo del fútbol s juzgar a los entrenadores única y exclusivamente por sus resultados. Es cierto que cuando ganan, ellos los primeros en parapetarse detrás de los números y sólo cuando pierden piden mirar otros aspectos. José Ángel Ziganda no hace ni una cosa, ni la otra, pero sus números le avalan en todos los sentidos.
Al comienzo de la presente temporada, el navarro estuvo cuestionado. Un inicio irregular de resultados hizo que algunos pusiesen la diana en su cabeza. Consiguió solventar el primer matchball con un triunfo en Ponferrada y desde entonces las aguas se han ido amansando.
No se trata sólo de ver al equipo cerca de los puestos del playoff, su apuesta por jugadores formados en la casa es el espaldarazo definitivo y su última decisión haciendo debutar a Mangel en un partido tan exigente como el del pasado lunes frente al Éibar, fue la prueba definitiva.
Canteranos protagonistas
Hace algo menos de dos años, Ziganda llegó al Oviedo con la misión del salvar al equipo. Lo hizo firmando números de playoff con una plantilla a la que ni Sergio Egea, ni Javi Rozada habían sido capaces de sacarle todo el rendimiento. La permanencia le valió la renovación y afrontar un curso desde cero.
No fue la siguiente una campaña especialmente brillante, pero de nuevo alcanzó el objetivo de no sufrir y comenzó su clara apuesta por la gente de la casa, aunque no ha sido hasta la actual cuando se ha revelado como un entrenador valiente a la hora de dar minutos a los jugadores formados en El Requexón.
Javi Mier se consolidó como futbolista del primer equipo gracias a su apuesta, pero junto a él otros nombres han cobrado un protagonismo nunca antes visto. Lucas, Jimmy, Viti, Borja Sánchez u Obeng son indiscutibles en la plantilla y a ellos se vienen sumando incorporaciones puntuales y necesarias como Álex Cardero, Joselu Guerra, Javi Cueto, Yayo, Javi Moreno o Mangel.
En un fútbol en el que los topes salariales marcan muchas veces el rumbo deportivo, contar con canteranos que suponen un menor desembolso económico y un plus de compromiso se antoja clave.
Rubén reyes trazó un plan desde su nombramiento como director deportivo. Consciente de las limitaciones económicas con las que se encontró en su hoja de ruta estaba fijar unas bases en esta temporada para tratar de dar un salto de calidad en la siguiente.
Algunos compromisos económicos con futbolistas que ya estaban en la plantilla le impidieron acometer determinadas operaciones, pero así y todo ha sido capaz de montar una estructura de equipo que seguirá siendo válida en el próximo ejercicio. David Costas, Dina Calvo, Luismi, Jymmy, Sangalli o Borja bastón tienen garantizada la continuidad y eso supone mucho camino recorrido.
Poder disponer de varios canteranos que ayuden a tener una plantilla con menso fichas profesionales facilitará acceder a futbolistas de más alto nivel.
Quizás la verdadera temporada para pensar en el ascenso sea la próxima, pero nadie va a renunciar a pelear por todo en el presente curso en el que aún hay muchas incógnitas por despejar en la zona alta. Las plazas de ascenso directo parecen reservadas a Almería, Valladolid y Éibar, pero en el resto la lucha está abierta y aún puede haber sorpresas, el Oviedo y Ziganda quieren estar en esa pelea con la marca de la casa.