El chef asturiano José Andrés ha recibido este viernes en su ciudad natal el premio Princesa de Asturias de la Concordia por la gran labor humanitaria que realiza con su ONG World Central Kitchen.
Después de recibir el galardón, José Andrés dio un emotivo discurso donde se acordó en todo momento de la isla de La Palma, a la que donará los 50.000 euros del premio a los afectados por la erupción del volcán de Cumbre Vieja.
"Me siento honrado de recibir el premio pero eso no significa que vayamos a ponerle freno. Hay mucho hambre a nuestro alrededor y mucho trabajo por hacer. Incluso mientras estamos hoy aquí mi corazón está con la gente de La Palma que no debe ser olvidada en este momento", dijo emocionado.
El asturiano empezó agradeciendo a todas las personas que hacen posible el funcionamiento de su ONG. "Este premio es compartido con las mujeres y los hombres de World Central Kitchen que dan de comer a los hambrientos y alientan a las comunidades gracias al poder de la comida y que en estos momentos trabajan incansablemente en diferentes partes del mundo".
La gran labor de World Central Kitchen
En septiembre estuvieron en la isla de La Palma ayudando a los afectados por la erupción volcánica, en el aeropuerto de Washington sirviendo comida a los refugiados afganos, en Nueva Orleans cuando un huracán dejó a millones de personas sin electricidad y a muchas familias sin hogar. Y en Haití donde la ONG acometió sus primeros proyectos hace más de 11 años.
"La humanidad de las personas sin voz y sin rostro, esas personas que parecen sombras en la niebla necesitan a personas que las cuiden y las traten como personas. Ellas no quieren nuestras limosnas, quieren nuestro respeto y sobre todo su dignidad. Y eso es el poder que tiene un plato de comida", resaltó José Andrés.
El cocinero explicó que su periplo con World Central Kitchen comenzó en Asturias. "Mis padres era enfermeros y como muchos de los héroes que han salvado vidas durante esta pandemia vi como sobrepasaban los límites del deber para cuidar a los demás. Al hacerme mayor entendí que otras profesiones, como la mía que damos de comer a los pocos, también tenemos el poder de dar de comer a muchos".
La gente no quiere nuestra limosna sino nuestro respeto
"Cuando abrí mi primer restaurante en Washington, hace más de 30 años conocí a Robert que tenía esa misma sensibilidad. Él trabaja en un sótano de un albergue para indigentes de esa ciudad. Sabía que desperdiciar comida estaba mal pero lo que realmente estaba mal era desperdiciar la vida de las personas. Por ello durante ese proceso formaba a esas personas sin hogar para que diesen de comer a miles de otros indigentes. Allí trabajando como voluntario me di cuenta que la gente no quiere nuestra limosna sino nuestro respeto", añade.
Y recordó una frase que le dijo que tiene muy presente. "Parece que la caridad es cuestión de redención para el que la hace y no de lo que debe ser que es liberación para el que la recibe". Lo que aprendió allí lo puso aprueba cuando el Huracán María cruzó Puerto Rico y provocó destrozos en 2017.
"No imaginamos que ese momento iba a cambiar nuestras vidas y el futuro de ONG. Nos juntamos varios amigos y comenzamos a hacer sandwiches, pasamos de 10 a más de 25.000 personas unidas para dar comer a quienes lo necesitaban, de una cocina a 28 cocinas, de 1.000 comida a 150.000 al día, al final hicimos 24 millones de comida", cuenta.
Plato tras plato puede encontrar soluciones a grandes problemas
Desde entonces, la ONG ha actuado en huracanes, tsunamis, volcanes y durante esta pandemia proporcionado más de 160 millones de comida. "Plato tras plato puede encontrar soluciones a grandes problemas. Esta es la forma de pensar de muchos inmigrantes", resaltó.
El chef de mostró muy orgulloso de ser "asturiano, catalán, español y americano a la vez". "Me siento como un inmigrante del mundo. Los inmigrantes construimos puentes, entendemos que el mundo necesita más misas largas donde la comida pueda servir para unirnos y no muros más largos que nos mantengan separados".
El mundo tiene entre sí un camino mejor si comprendemos el poder de la comida
"Hoy los desafíos que nos enfrentamos no son insignificantes, hambre en nuestras comunidades, un clima en proceso de cambio que lleva desastre mayores, un numero creciente de refugiados y una pandemia global que ha hundido la economía". Pero, aseguró que realmente el mundo tiene un camino mejor si llegamos a comprender y a hacer nuestro el poder de la comida.
José Andrés destacó la importancia de no desperdiciar los alimentos. "Debemos proteger el medio ambiente y acabar con el hambre por ello tenemos que dejar de desperdiciar el 40% de alimentos que producimos. Demos mejorar la salud y ahorrar dinero si a diario proporcionamos a nuestros niños y mayores comida sana. Podemos llevar la estabilidad y la paz a distintas partes del mundo pero solo si nos aseguramos que las familias tienen alimentos en la mesa", subrayó.
El prestigioso chef terminó su discurso citando al al gran pensador y escritor Brillat-Savarin quien dijo que nuestro futuro depende de que el mundo se alimente mejor. "Un mundo donde la comida sea la solución y no el problema. Alimentemos al mundo de esperanza, construyamos mesas más largas ".