El discurso de la galardonada con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2021 durante la ceremonia de entrega reflexiona sobre las lecciones que nos ha dejado la pandemia.
Por un lado, destacaba que muchos hombres empezaron a conocer a sus propios hijos –lo cual fue algo bueno– y a descubrir lo que implicaba el cuidado de los niños a tiempo completo. En muchas ocasiones esto liberó a las personas de las ataduras de los roles de género, que en realidad son bastante nuevos en la historia de la humanidad. Aunque por otra parte la violencia doméstica contra las mujeres a veces aumentó durante este año de confinamiento, y esta fue una trágica lección.
Steinem cree que debemos reflexionar, analizar y compartir nuestras impresiones sobre lo acontecido en este tiempo para aprender de ello y avanzar. En esa observación, la periodista encuentra también más risas.
Y para ella eso es muy importante porque no se puede obligar a alguien a reír, a reír de verdad y con sinceridad. Por eso la risa es una prueba de libertad. Indica que las personas autoritarias suelen ser contrarias a la risa: lo primero que hizo Hitler después de ser elegido fue cerrar a cal y canto tanto las clínicas de planificación familiar como los clubes de comedia donde la gente reía en libertad. Lo que más temía era que se riesen de él. Y, dicho sea de paso, Donald Trump también.