En la reunión, se ha tratado el tema del plan de licencias estacionales de taxi de 2018-2019, que se prorrogó hasta 2020, pero que no se llevó a cabo debido a la situación sanitaria del Covid-19, pasando a 2021. Los taxistas han mostrado su preocupación en cuanto a la necesidad de otorgar licencias estacionales sin saber cómo se presenta la temporada turística.
Por otra parte, también han hablado sobre las modificaciones que se realizarán en la Ordenanza Municipal del Servicio de Taxi, en la que se incorporará la obligación de llevar uniforme tras el acuerdo alcanzado a nivel insular, así como la obligatoriedad de que todos los vehículos cuenten con un TPV para el pago con tarjeta de crédito.
La ordenanza municipal también recogerá otras modificaciones como el aumento de la vigencia del permiso municipal de taxi de cinco a diez años y se está valorando incorporar que los conductores de otros municipios con carnet en vigor puedan trabajar en el municipio solicitando un certificado en el Ayuntamiento y pagando la correspondiente tasa.
Los taxistas también han propuesto ubicar una nueva parada de taxis en la entrada de Sant Antoni, al inicio de la avenida Portmany, una proposición aceptada por el concejal Joan Torres, que se ha comprometido a realizar una solicitud por escrito al Consell d’Eivissa, ya que la vía es de su competencia. Además, también ha apuntado que se mejorará la señalización de las paradas de taxi existentes del municipio tanto de la señalización vertical como horizontal.
Por último, el sector del taxi también ha hecho llegar su preocupación por la posible llegada “masiva” de vehículos de transporte con conductor (VTC) a la isla.