La Cueva de Can Marçà es uno de los principales atractivos de la oferta complementaria de la isla de Ibiza. Está situada en un increíble enclave natural en la zona norte de la pitiusa mayor. Concretamente, a unos 20km de Ibiza ciudad.
La localidad más cercana es Sant Miquel, a sólo unos escasos kilómetros de la cueva, que cuenta con más de 100.000 años de antigüedad. Fue descubierta por unos contrabandistas que la usaban para esconder tabaco pero no fue hasta la década de los 80 cuando la cueva se empezó a utilizar como uno de los reclamos turísticos de Ibiza. “Los espeleólogos datan que tiene 100.000 años esta cueva; la descubrieron en los años 40-05 los abuelos de la zona del Puerto de San Miguel que encontraron la grieta, que está ocho metros sobre el nivel del mar, y la utilizaron para esconder tabaco e hicieron marcas que los visitantes pueden ver hoy en día”, detalla en Onda Cero José María Escandell, guía turística y encargado de la cueva.
Escandell explica que en los años setenta del siglo XX, llegó al puerto de Sant Miquel el espeleólogo belga Jean Pierre Van der Abeelle, que tuvo un gran interés por la Cova de Can Marçà: “Los habitantes de San Miguel ayudaron a Jean Pierre a localizar la cueva en los acantilados, y a partir de ahí, decidieron comenzar a acondicionarla para el público, tardaron dos años, por lo que desde 1981 está habilitada para poder realizar visitas turísticas”
En cuanto a los rasgos geológicos, la cueva se desarrolla en rocas calizas y cuenta con una superficie de 8.500 metros cuadrados. En la cavidad se pueden detectar una gran variedad de espeleotemas: estalactitas, estalagmitas, columnas, coladas, suelos estalagmíticos, gours y excéntricas.
José María Escandell hace 34 años que ejerce como guía turístico y encargado de la cueva: "Empecé con 18 años como guía de la cueva. Conozco todos sus rincones. He podido ver la evolución del turismo en la cueva, al principio no era tan conocida pero cada vez ha ido llegando a más gente".
Sobre la llegada de turistas y visitantes, la Cueva de Can Marçà tiene visitas guiadas cada media hora de una duración de 40 minutos. “A los visitantes les sorprende, especialmente, la cascada, el templo de budha, los lagos verdes con la luz negra”, asegura en Onda Cero Escandell.