La Asociación Profesional Justicia para la Guardia Civil (JUCIL) ha alertado de la grave situación que viven los agentes de Formentera, "donde una dotación de solo 28 guardias civiles ha gestionado la llegada de más de 2.000 inmigrantes en lo que va de año".
Una cifra que según la propia asociación supone "un aumento del 115% en el número de inmigrantes interceptados, pasándose de 2.278 que llegaron en 2023 a los 4.897 de 2024, y del 132% en las embarcaciones que han llegado con 297 en estos primeros 11 meses frente a las 128 que lo hicieron en todo el año pasado".
Algo que según Agustín Leal, secretario de Comunicación de JUCIL, confirma que "el archipiélago se consolidado como un punto de entrada significativo para personas de origen magrebí, subsahariano y, más recientemente, de lugares tan remotos como Pakistán y Siria" y que además los agentes están desbordados porque "se enfrentan a mafias que operan con mayor descaro y violencia y que no abandonan las embarcaciones, sino que las reutilizan".
Y por ello, ha pedido medidas urgentes como "incentivos económicos que permitan paliar las dificultades para encontrar vivienda que desaniman a muchos guardias civiles para solicitar las plazas de la isla, la coordinación, tanto nacional como europea, para
abordar las causas de raíz de la crisis migratoria y dotar a la isla de una base del Servicio Marítimo para garantizar la seguridad, tanto de los migrantes, como de los guardias civiles y de los ciudadanos y residentes".
Además, según Leal el problema no se limita a Formentera. "La falta de efectivos para localizar, identificar, custodiar y trasladar a los migrantes afecta también a Ibiza, donde los agentes deben dejar sus tareas de seguridad ciudadana para encargarse del flujo migratorio, lo que repercute negativamente en la protección de los ciudadanos".