En la tercera jornada del juicio, la declaración de Abel Matutes se ha iniciado con la emisión de una entrevista grabada para una televisión local en abril de 2014 en la que el hotelero explicaba detalles del robo. En ella señala que, desde el principio, sospechó del presunto acusado porque, entre otras cosas, le rehuía la mirada cuando le preguntó por lo sucedido o por qué la alarma había estado desconectada varias horas en la noche de autos.
Matutes ha ratificado todas las explicaciones aparecidas en dicha entrevista y ha asegurado desconocer la cantidad exacta que había en la caja fuerte puesto que era final de temporada, era fin de semana y por esas fechas -octubre de 2013- estaban cerrando sus establecimientos hoteleros en Ibiza, unos 20 en total.
"Prácticamente no lo sabía nadie", ha insistido en respuesta a las preguntas de uno de los abogados defensores. De hecho, el letrado ha centrado su intervención en averiguar el origen del dinero robado, recordando que inicialmente en la denuncia sólo constaba la desaparición de unos 180.000 euros.
El empresario ha explicado que la caja fuerte de su sede empresarial se utilizaba como una caja de depósito, no había apuntes contables y todavía no se había realizado el arqueo de las cajas de los establecimientos hoteleros. También allí se trasladaba la recaudación de una de las discotecas del grupo empresarial.
Matutes ha insistido en que él se limita siempre a comprobar los informes de los auditores y si están dentro de la legalidad, pero sin centrarse en detalles sobre la recaudación de sus establecimientos, reiterando así la legalidad del dinero robado.
Durante su declaración como testigo, el exministro ha desmentido que el principal acusado estuviera contratado como vigilante de seguridad en su grupo empresarial donde sí trabajaba como guardesa de noche su mujer, aunque "es posible" que el acusado conociera dónde se encontraba la caja fuerte.
También ha reconocido haber tenido relación con los dos acusados, policías nacionales que le fueron asignados para velar por su seguridad cuando ejercía de ministro.
Según el empresario, el coacusado es el "inductor" del robo, mientras que el principal acusado es "incapaz de hacer una irregularidad", aunque "fue inducido y cayó en la tentación".
En este proceso se juzga el robo de 2,7 millones de euros al grupo empresarial. En la causa, el principal acusado de llevarse el dinero de la caja fuerte es un policía nacional.
Además, están procesadas otras dos personas, otro policía para quien se piden 21 meses de cárcel como colaborador de los hechos y la mujer del principal acusado que habría encubierto el robo y para quien se solicita un año de prisión.
De la cantidad robada, un total de 2.767.000 euros, se habría recuperado gran parte y faltaría por recuperar cerca de un millón.
La Fiscalía reclama para el principal acusado una condena de cinco años de prisión por la comisión de un delito de robo con fuerza. El Ministerio Público también pide que indemnice a la empresa con 995.000 euros.
En la sesión de este miércoles también ha comparecido como testigo una policía científica quien ha sido interrogada sobre la cadena de custodia del dinero recuperado.