A pesar de que la concienciación sobre la salud visual de los niños está cada vez más extendida el Grupo Policlínica ha alertado que 8 de cada 10 padres de un niño con problemas de visión ignora que su hijo no ve bien porque en la mayoría de las ocasiones las patologías oculares en la población infantil pasan desapercibidas durante mucho tiempo.
Algo que no podemos dejar pasar porque según expertos como el oftalmólogo de la Clínica Vila Parc, Javier Fernández, si esto no se trata puede haber efectos irreversibles y una importante repercusión negativa en el rendimiento escolar ya que como es lógico un niño que no ve bien deja de prestar atención a la información que se le presenta porque no es capaz de procesarla correctamente.
Por ello, se recomienda una revisión precoz, sobre todo entre los 3 y 5 años que es la etapa más crucial del desarrollo de la visión. Además, se recomienda limitar el uso de las pantallas porque pasar muchas horas trabajando en distancias cortas con teléfonos móviles o tablets provocan más fatiga visual y es uno de los motivos por los que la miopía en nuestra población va en aumento, provocando además que se parpadee menos y acabe afectada la superficie ocular que se lubrica peor bajo esas circunstancias, produciendo síntomas como irritación ocular, picores o visión borrosa.
Así las cosas, Javier Fernández aconseja que los niños de menos de 3 años no usen dispositivos electrónicos, que los niños de 3 a 6 años lo hagan un máximo de una hora diaria y que de 6 a 16 años dos horas.
- Enfermedades prevenibles
Por otro lado, desde el Grupo Policlínica han alertado de que las alteraciones visuales más habituales son la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo, que son los defectos de graduación que podemos corregir con gafas, y la ambliopía o el ojo vago, que consiste en una alteración frecuente en la que se frena el desarrollo visual del ojo debido a la ausencia de un estímulo visual correcto.
En este sentido, el doctor Javier Fernández asegura que todas estas patologías son prevenibles en mayor o menor medida si se detecta el problema a tiempo. Algo que pasa por hacer revisiones periódicas, siendo la más importante la que se lleva a cabo entre los 3 y 5 años ya que es en este período donde se pueden detectar patologías importantes, como el ojo vago. Además, si existen precedentes de patología ocular en la familia se sugiere comenzar con las revisiones anuales entre los 0 y los 3 años.
Después, a partir de los 6 años en adelante y durante el período escolar es aconsejable una revisión anual ya que pueden aparecer defectos visuales como la cada vez más prevalente miopía.
Por último, el caso del ojo vago, es un problema que se va a manejar hasta que se complete el desarrollo visual, a los 8 o 9 años y después la visión que se haya podido recuperar es la que se mantendrá durante el resto de la vida.