En el programa Más de Uno Ibiza y Formentera ha participado el galardonado con el Premio Onda Cero Ibiza y Formentera 2024 en la categoría de Deportes patrocinado por Intersport Holidays, el veterano exjugador y entrenador ibicenco Antoni ‘Toni’ Arabí.
Considerado como uno de los jugadores de fútbol más importantes que han nacido en la isla, pasó por la SD Portmany y la Sociedad Deportiva Ibiza antes de jugar en el Real Club Deportivo Espanyol desde 1978 a 1986 llegando a ser capitán en tres temporadas y disputando con el club blanquiazul 173 partidos de liga con 7 goles marcados. Finalmente, se retiró en la SD Ibiza y en la SD Portmany siendo también entrenador y director deportivo de distintos equipos ibicencos.
Una trayectoria en la que Arabí ha ido haciendo amigos por todos los equipos por los que ha pasado dejando un magnífico recuerdo en todos ellos. “Agradezco todos los reconocimientos pero humildemente creo que yo lo único que he hecho es ser honrado tal y como me enseñó mi familia, y ahora mi mayor premio es disfrutar de mis nietos ya que en mis tiempos de futbolista no pude hacerlo tanto como quise con mis hijos y mi mujer debido al tiempo que estaba concentrado fuera de mi casa”.
En este sentido, el centrocampista ibicenco ha recordado como fueron sus inicios y como llegó al RCD Espanyol de Barcelona gracias a que le recomendó a mediados de los años 70 el presidente del Ibiza Joan Colomar al tener gran amistad con el presidente del club periquito y después de que vinieran ojeadores a verle tanto en Ibiza como fuera de la isla. Un fichaje que Arabí recuerda con mucho cariño ya que le permitió jugar con jugadores entre los que ha destacado especialmente a Rafa Marañón o el defensa Manuel Padilla y, sobre todo, Diego Armando Maradona del que recuerda que “era muy bueno, bajito y muy fuerte en sus piernas, tanto que si chocabas con él salía rápidamente rebotado”.
Y es que Arabí, que ha confesado que se ponía nervioso cuando tenía que tirar un penalti, ha explicado que a lo largo de su vida ha hecho lo que más le apetecía. “Siempre quise ser futbolista y yo lo he conseguido, siendo un gran afortunado porque realmente en este mundo del fútbol si no tienes a alguien que te eche una mano es muy difícil llegar y sobre todo luego mantenerse”.
Por último, el exjugador y entrenador pitiuso ha explicado que ahora es relativamente más fácil para los niños. “Cuando yo empecé todo era más complicado porque ahora en Ibiza hay muchos campos buenos y nosotros solo teníamos campos de tierra o descampados como los de nuestro colegio, donde hacíamos porterías con dos piedras y jugábamos con balones que si te daban te hacían una marca en la cabeza”.