Más de la mitad del agua depurada de Baleares acaba en el mar. Arreglar esta situación debería ser uno de los retos de las administraciones para intentar solucionar el problema del agua en las islas, que afecta especialmente a los agricultores y las cosechas. Los payeses se muestran así de contundentes ante la situación de prealerta por sequía en la que se encuentran muchos puntos del archipiélago. Una situación que ha trasladado el presidente de Asaja, Joan Simonet, en el programa Más de uno Mallorca.
La falta de agua para regar el campo de las islas amenaza a las cosechas y al precio de los productos que vaya a dar la tierra. En estos momentos, el Pla de Mallorca y la isla de Ibiza se encuentran en prealerta por sequía a pesar de la recarga de los acuíferos que motivó la borrasca Juliette. Pero no ha llovido ni en marzo ni en abril y los cultivos han sobrevivido gracias a las rentas del otoño.
La ausencia de precipitaciones afectará al rendimiento de la viña, la aceituna y los frutos secos, que resisten a duras penas. De igual manera, el forraje podría dejar una cosecha con poca espiga y poco grano.