Henry Young, jugador australiano de 100 años, se encuentra participando en el Campeonato del Mundo de veteranos que se está celebrando en Mallorca con el patrocinio del Consell de Mallorca y el ayuntamiento de Capdepera. El tenista australiano ha debutado con victoria 6/2 en el primer set ante el catalán, Mateo Camps, aunque la lluvia ha obligado a suspender la jornada.
Una de las anécdotas es la gran expectación que ha generado su presencia y que sus bisnietas han ejercido de recogepelotas. Henry representa el claro ejemplo de que la vida no se acaba a los 80 ni a los 90 ni siquiera a los 100. Existe vida mientras existe ilusión, y este australiano nos lo demuestra cada día.
Con 74 años empezó a jugar con regularidad
Empezó a jugar a tenis siendo aún adolescente, pero por su profesión (era granjero) no podía jugar demasiado a menudo. Es solo a partir de los 74 años que juega todas las semanas, con una frecuencia de 4 veces semanales, incluso, a veces, con profesor. Durante la Segunda Guerra Mundial pilotó un Harriet, que es uno de los aviones más difíciles de pilotar. Ha sido también, a lo largo de su extensa vida, jugador de rugby de alto nivel.
A sus 100 años sigue entrando en pista a competir, pese a que cuenta con dos prótesis de rodilla, una de cadera, un marcapasos, una nariz artificial y estar operado de la vista.
Foto con Rafa Nadal
Como anécdota, cuenta su hijo Michael Young que en el Australian Open fue Rafa Nadal a pedirle un selfie. Esa foto la puso en las redes sociales y Roger Federer comentó “no sé el español, pero Henry Young viene de ganar hace poco a Sinner”.
Solo el viaje desde Australia, para participar en el torneo, son más de 30 horas. Todo un ejemplo a seguir y todo nuestro agradecimiento a Henry por su lección de vida.