"Yo no daba un paso en mi vida sin consultarlo al señor García Revenga", declaró el 2 de marzo Urdangarin para subrayar que toda su actividad profesional contaba con el respaldo de la Casa del Rey, algo que hoy ha contradicho el antiguo secretario de su esposa al afirmar que los proyectos de Nóos constituían "actividad privada".
En su comparecencia como testigo ante el tribunal de la Audiencia de Palma que juzga el caso Nóos, García Revenga, que llegó a estar imputado en la causa, ha indicado que cuando se creó el Instituto Nóos no consideró que fuera su responsabilidad informar a la Casa Real de una cuestión particular ajena a las actividades de carácter público de los entonces duques de Palma.
Además, ha asegurado que Urdangarin no tenía que rendir cuentas ante la administración de la jefatura del Estado de sus actividades profesionales o mercantiles y que no sabe si, al margen de que no estaba obligado, lo hizo en alguna ocasión.
Ha hecho hincapié en que cuando Urdangarin creó junto a Diego Torres el Instituto Nóos en 2003 y le pidió que formara parte de su junta directiva se sumó como tesorero para que la infanta Cristina asumiera el papel más discreto de vocal, pero nunca tuvo ninguna participación en la gestión de la entidad y ni siquiera sabía que era una asociación sin ánimo de lucro.
García Revenga ha explicado que el marido de la infanta perseguía un "beneficio social" con la actividad del Instituto Nóos, "aunque también tenía, evidentemente, su parte lucrativa".