La abogada del Estado que representa a la Agencia Tributaria en el caso Nóos, Dolores Ripoll, ha manifestado durante la exposición de su informe final que Iñaki Urdangarin y su exsocio Diego Torres "sabían lo que hacían y querían" y ello pasaba por defraudar a Hacienda a través del entramado empresarial que urdieron en torno al Instituto Nóos.
La letrada, que ha hecho uso de la palabra tras las cerca de cuatro horas de intervención del fiscal anticorrupción Pedro Horrach, ha ceñido su discurso a los delitos fiscales en los que habrían incurrido ambos exsocios, toda vez que ha desvinculado a la Infanta Cristina de la presunta defraudación que habría cometido su marido a través de Aizoon, empresa de la que el matrimonio es propietario.
De hecho, Ripoll se ha referido en este sentido al perito aportado a la causa por el sindicato Manos Limpias -y a cuyo interrogatorio finalmente renunció en el acto del juicio-, sobre quien ha aseverado que "no se puede considerar perito" y, si su informe en instrucción ha sido admitido, lo que ha sido aceptado "es una simple opinión personal de alguien que no se identifica".
"No se conoce su curriculum y además incurre en contradicciones", ha recriminado la abogada del Estado. Durante su intervención, la abogada ha incidido en que la condición de socio no convierte, por sí sola, al socio en responsable de los delitos cometidos por el administrador de la entidad, como en este caso Urdangarin.
En su comparecencia ante el juez José Castro, este perito, quien se definió en su día como un "mercenario tanto tributario-mercantil como económico", manifestó, en alusión al papel de la Infanta en Aizoon, que la exduquesa no era "un socio que posee el 0,00001 por ciento del capital y que no pinta nada" y que, como propietaria a medias de esta empresa junto a su marido, podría haber pedido que se regularizase la situación tributaria de la misma puesto que tenía "la capacidad de decir eso".
En relación con las sociedades de Urdangarin y Torres, Ripoll ha recordado las palabras del que fuera asesor de Nóos, Luis Tejeiro, señalando que la finalidad de la facturación cruzada en la que incurrieron las empresas del entramado dirigidas por los dos exsocios pasaba por "sacar el dinero de Nóos" que previamente éste había obtenido de las Administraciones públicas.
También ha apuntado a la "intercambiabilidad" de los trabajadores de cada una de esas entidades, que "pensaban que trabajaban para Nóos y que, al ver la nómina, veían que trabajaban para una u otra sociedad".