La presidenta del Govern, Francina Armengol, ha asegurado, este lunes, que entiende "perfectamente la frustración y desesperación" de los restauradores pero ha insistido en una desescalada lenta para controlar la pandemia de la COVID-19 en Baleares.
Así lo ha manifestado durante el acto sobre dos nuevas promociones de Vivienda de Protección Oficial en Palma, en el que la presidenta del Ejecutivo balear ha trasladado "la empatía" del Govern con "todos los sectores económicos" afectados por las medidas restrictivas para hacer frente a la evolución de la COVID-19 en las Islas.
Armengol ha recordado las ayudas puestas en marcha desde el Consell de Mallorca y el Gobierno para paliar los efectos de estas medidas sobre determinados sectores económicos. A la misma vez, ha insistido en que los criterios para afrontar la pandemia "no son económicos, sino para proteger a las personas y salvar vidas".
"Los informes sanitarios nos recomiendan en Baleares una desescalada lenta para poder ser uno de los territorios de Europa con menos mortalidad debido a la COVID", ha afirmado Armengol, quien ha mostrado "su comprensión" a los sectores afectados por las medidas.
No obstante, ha confirmado que desde el Govern mantienen diferentes reuniones para poder anunciar y aprobar nuevas medidas este viernes en el Consell de Govern. "Estoy segura de que estamos en la ruta adecuada y vamos a conseguir la reactivación económica de forma segura", ha aseverado.
En cuanto al final del estado de alarma, si finalmente acaba el 9 de mayo, Armengol ha indicado de nuevo que la medida "más discutible" es la del toque de queda, que la ha calificado de "absolutamente necesaria".
La presidenta del Ejecutivo de Baleares ha recalcado que "necesita todas las herramientas para poder aplicar las medidas" que conlleve la desescalada lenta. Sin embargo, ha recordado que Baleares tiene una "situación diferente" porque el Tribunal Superior de Justicia de las Islas "siempre ha ratificado las medidas tomadas por el Govern".