La Fiscalía francesa abre una investigación por la desaparición de Natalia Sánchez
Los padres de la estudiante mallorquina han pedido que el caso no se convierta en un "circo" mientras prosigue la investigación sobre su paradero.
La Fiscalía de París ha abierto una investigación por la desaparición de la estudiante española Natalia Sánchez Uribe, a quien se le perdió la pista en la capital francesa el pasado miércoles, informaron a Efe este martes fuentes judiciales.
La Brigada de Represión de la Delincuencia a las Personas (BRDP, por sus siglas en francés), dentro de la Dirección de la Policía Judicial, ha asumido la investigación por "desaparición inquietante".
La joven mallorquina de 22 años, estudiante de la facultad de Economía y Empresa de la Universidad Autónoma de Barcelona, se encuentra en la capital gala desde el mes de septiembre realizando un curso Erasmus en la Universidad Panteón-Sorbona, que debía concluir en dos semanas.
Sánchez debía cambiar de apartamento el miércoles pasado. Su nueva compañera de piso dio la alerta tras quedar sin noticias de la joven, que había dejado ya dos maletas por la mañana y había vuelto a su casa anterior para recuperar el equipaje restante. Sin embargo, no volvió a tener noticias de ella.
Por su parte, la oficina de relaciones internacionales de su universidad en Francia comunicó ayer a sus compañeros de clase que la mochila de la estudiante había sido encontrada con su ordenador y su teléfono móvil dentro.
La institución, que no puede dar más detalles mientras continúa la investigación policial, comentó a Efe que están recolectando elementos sobre su beca: "La duración de la estancia, los cursos que seguía y los centros de la universidad que frecuentaba".
Los padres de la estudiante, desplazados a la capital francesa, pidieron este martes que el caso no se convierta en un "circo" mientras prosigue la investigación sobre su paradero.
Su padre indicó por teléfono a Efe que están siguiendo de cerca y con el apoyo del consulado español los avances de las pesquisas, que están en manos de la Policía francesa en colaboración con la Guardia Civil.