El impuesto turístico que el Govern prevé implantar a partir de 2016 se cobrará a turistas y residentes en las islas, en cumplimiento de la legislación europea vigente que no hace distinción entre unos y otros.
El portavoz del Ejecutivo balear, Marc Pons, ha dicho hoy en la rueda de prensa posterior al Consell de Govern que en "todo lo que sean pernoctaciones que se produzcan en establecimientos turísticos no se pueden hacer distinciones por cuestiones de origen".
"La legislación se debe aplicar por igual", ha recalcado Pons al ser consultado sobre este asunto, después de que en una entrevista radiofónica el conseller de Turismo, Biel Barceló, ha dicho que el impuesto no prevé excluir a los residentes baleares.
Pons ha aclarado que, como la forma de cobrar el impuesto se perfila a través de los establecimientos turísticos, no se pueden hacer diferencias.
Ha señalado que el Govern no se había referido antes al tema porque al plantear el cobro en los sitios de llegada, en especial aeropuertos y puertos, afectaba básicamente a turistas.