Hoy entramos en la casa de María, vamos a llamar así a esta mujer de origen holandés y alemán que lleva más de 40 años residiendo en Mallorca, en una bonita casa en pleno bosque del municipio de Calvià. María, a punto de cumplir 85 años, tiene un grado de dependencia reconocido por la enfermedad que le fue diagnosticada en plena pandemia, Alzheimer en etapa 2, lo cual quiere decir que empieza a experimentar olvidos y ser vulnerable, aunque ella… no lo sabe.
La hija de María, Isabel, nombre también ficticio, nos pide que no desvelemos más datos sobre su madre para proteger su privacidad e integridad. Ella recibe a la periodista de Onda Cero Elka Dimitrova en una mañana de lunes, haciendo coincidir su visita con la de una técnico del Servicio de Atención Integral a Domicilio SAID del IMAS, dependiente del Consell de Mallorca.
También les acompaña Guillermina, la persona que trabaja para el Servicio de Atención Integral a Domicilio desde hace un año. Ella es auxiliar de enfermería y la pandemia le obligó a volver a sacar el título del cajón y poner en práctica sus estudios, ya que el centro de estética que regentaba, su negocio, fue otra de las víctimas del coronavirus.
Ahora Mina, como la llama María, se dedica a cuidar a personas dependientes, como es el caso de esta anciana de aspecto amable. De hecho, María que empieza la mañana con ejercicios de gimnasia y paseo por la playa, si el tiempo lo permite, siempre en compañía de Mina.
A Guillermina o Mina, a esta técnica del SAID, la esperan cada día con los brazos abiertos en la casa de María… Sin embargo, hay muchas familias aún en lista de espera que no han conseguido el alta en el SAID. ¿Quieren saber cómo funciona?
Aquí tenemos un bonito reportaje sobre la historia de la familia de María que demuestra el largo camino que aún hay que recorrer en la atención de nuestros mayores, aunque también valoramos el que ya está hecho...