Maria João Pires: "La música es arte o no, y si no es arte no es nada"
La intérprete portuguesa, que ofrece mañana el concierto inicial del séptimo Formentor Sunset Classics, ha cambiado en la etapa final de su larga carrera las grandes giras por un contacto más directo con el público.
Maria João Pires, una de las grandes pianistas del siglo XX, es "muy pesimista" sobre el futuro de la música, que ve sometido "al comercio", que impone el "entretenimiento" sobre la concepción artística. "La música es arte o no, y si no es arte no es nada", afirma.
La intérprete portuguesa, que ofrece mañana el concierto inicial del séptimo Formentor Sunset Classics, ha cambiado en la etapa final de su larga carrera las grandes giras por un contacto más directo con el público y, con 74 años, dedica buena parte de sus energías al centro de artes que ha abierto en su país, en Belgais, donde busca abrir brechas en la dinámica que critica.
"Estaba muy cansada de las giras (...). Todo se ha convertido en muy comercial y no me pude adaptar a esa realidad", ha explicado en rueda de prensa en el hotel de lujo del extremo nororiental de Mallorca donde mañana interpretará a Mozart, Beethoven y Chopin.
Después de tocar durante décadas en los más prestigiosos escenarios, con las mejores orquestas, junto a los más reputados instrumentistas y bajo la dirección de los grandes maestros de la batuta, Pires no siente que le hayan quedado objetivos por cumplir. "Estoy feliz con lo que me pasa en la vida", dice.
Lo que quiere es más tiempo para "aprender más repertorio y estudiar nuevas piezas" y libertad para impulsar las artes entre los más jóvenes y ayudar a los pianistas que comienzan sus carreras as superar la "presión comercial" sin "precedentes" que les impone participar en concursos y asumir repertorios prefijados.
"Para hacer arte necesita la posibilidad de tener valor, riesgo y fuerza" y la "regla comercial" es contraria al riesgo, ha reflexionado la pianista, que también ha apuntado al excesivo protagonismo que se concede a los intérpretes.
"El intérprete es un vehículo, no es el creador", y poner en práctica este principio serviría para "oír las cosas de manera más natural, más relajada" y contribuir a que el público conozca composiciones de nuevos autores más allá de los consagrados que dominan los programas de conciertos en todo el mundo, reflexiona.
En su centro portugués intenta introducir más "clásica contemporánea y música experimental" para "enseñar al público que no solo lo romántico y clásico es bello", ha explicado Pires.
"La música es buena o no (...), no importa en qué momento fue compuesta. El problema es que la gente piense en música en vez de estar directamente en contacto con la música", ha declarado. "Me gusta más compartir la música con la gente que ser intérprete", ha sostenido.
Pires será la estrella de la nueva edición del festival que tiene el jardín del Royal Hideaway Hotel de Formentor, un "paisaje maravilloso" que envolverá mañana a la pianista en el arranque de un ciclo que tiene el 29 de junio su otro gran hito: la actuación de la Filarmónica de Múnich y el Orfeón Catalán bajo la dirección de Gustavo Dudamel.
La propuesta se completa con un recital del pianista Dmytro Choni el 26 de junio, un concierto del violinista Rubén Mendoza y el pianista Vadim Gladkov el 9 de agosto y varias clases magistrales que se desarrollarán igualmente en agosto.